Los masajes de pies forman parte de los cuidados que diariamente
tenemos.
Cierto es que no todas tenemos un masajista diariamente para ello. Por
eso aquí os propongo como hacéroslo vosotras mismas.
Es importante que la temperatura de la
habitación sea cálida. También que tu asiento sea cómodo y esté cubierto con
una toalla gruesa.
Para el
masaje puedes usar una crema hidratante o aceite específico ya preparado.
Dedícale al masaje al menos 20 o 30 minutos y cuenta con cierto tiempo después
para relajarte. Según vayas dándote el masaje irás descubriendo que presión es
la que mas te gusta.
1 Comienza el masaje extendiendo un poco de aceite o de crema sobre todo el pie,
desde los dedos hasta los tobillos, en linea rota y con movimientos largos y
firmes.
2 Masajea cada dedo con movimientos circulares, estirando al mismo tiempo que
los frotas. Dedica al menos un minuto a cada dedo.
3 Ahora trabaja la planta del pie, centrándote en las áreas comprendidas entre
los huesos que van desde los dedos hasta el talón. Trabaja con movimientos
circulares y presiona con firmeza.
4 A
continuación, toma cada pie entre tus manos, y, con un rápido movimiento,
masajeando hacia arriba y hacia abajo.
5 Utiliza los nudillos para frotar y ejercer presión sobre el arco del pié, y
después presiona y fricciona firmemente la planta hacia los dedos con la palma
de la mano.
6 Relájate unos minutos y después pasa al dorso del pie. Con una ligera presión,
frita la piel de entre los dedos y a lo largo de todo el pie, hasta la base de
la pantorrilla.
7 Termina masajeando el tobillo varias veces, haciendo movimientos circulares y
estirando el pie con los dedos hacia atrás.
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